¿Alguna vez os habéis parado a pensar en las similitudes que hay entre la publicidad convencional y la comunicación en redes sociales?
Seguro que sí, pero vamos a hacer una recopilación breve y concisa para poder sacar una conclusión al final de este breve pero interesante artículo:
- En los años 40, las campañas de publicidad se enfocaban en el producto, en comunicar qué era el producto, sin tener en cuenta las necesidades de los consumidores.
- En los años 60 hubo una evolución, en la que comenzó a segmentar la audiencia, y los anuncios se centraban en las cualidades y características de los productos.
- Ya en los años 2000, con la entrada en el nuevo siglo, la publicidad buscó despertar emociones y sentimientos en los espectadores.
- A partir de 2010 y hasta la actualidad, la entrada en nuestras vidas de las redes sociales, como si de una extensión de nuestro cuerpo se tratase, ha hecho que el consumidor sea el centro de la comunicación. Los anuncios ahora son más cercanos, humanos y quieren dar solución a los problemas de los espectadores.
Pues bien, si nos fijamos en la evolución de la comunicación en redes sociales, nos encontramos un camino muy similar:
- Cuando comenzaron las campañas de comunicación en redes sociales, a nuestros ojos solo llegaban catálogos de productos, como si de una revista digitalizada se tratase.
- Más tarde llegó también la segmentación por públicos, gracias al uso de hashtags, el que una marca abriera distintas cuentas de redes sociales según la zona geográfica (ciudad o país), las campañas de ads con una segmentación muy afinada, etc.
- Con el auge y empoderamiento de los influencers y sus vídeos de contenido para marcas, llegaron también (sobre todo en los últimos años) los vídeos de creación propia y los vídeos de entretenimiento, es decir, contenido menos explicativo y más emocional y de entretenimiento.
La publicidad convencional y la comunicación en redes sociales son dos ramas que han bebido y aprendido la una de la otra, se han influenciado y han entrecruzado sus caminos, para bien o para mal.
Pero, ¿cuál es el problema? Nuestra reflexión desde el punto de vista de la comunicación es el siguiente:
Sucede lo mismo en las redes sociales que en la publicidad convencional: la comunicación es aburrida, monótona, poco entretenida y fácil de olvidar.
Entendemos perfectamente que hay cientos de estímulos al día, sobre todo en las redes sociales, y que hay innumerables marcas en el mercado. Pero eso debería motivar a las empresas y los profesionales del sector de la comunicación a buscar formas de mostrar el contenido de forma atractiva, diferente y entretenida.
No es ningún secreto que, al igual que nos levantábamos para ir al baño o cambiábamos de canal cada vez que salía un anuncio en televisión, hacemos scroll rápidamente o incluso de red social cada vez que nos salta una gráfica con mucho texto que no queremos leer o un vídeo aburrido que apesta a vídeo de teletienda en formato reel.